viernes, 13 de mayo de 2011

Supersticiones

Como residente responsable de la guardia de Urgencias del Hospital, me día a la científica tarea de iniciar con la tradición de dibujar en el pizarrón un gato con la cabeza  hacia abajo, colocar la escoba detrás de la puerta,  dejar abiertas  las tijeras de curación sobre la mesa de mayo y finalmente  invocar a San Juditas Tadeo y a cuanto Santo se pudiera.

En el servicio de urgencias la práctica de estas  supersticiones tienen como objetivo principal tener una guardia tranquila, es decir para que no se presenten  las siguientes situaciones:

1.   Muchas consultas.  No por el trabajo que se genera, sino por la escases de recursos humanos y materiales en el hospital.  

2.   Pacientes y familiares agresivos o violentos. De los que casi no hay – ¡sí como no!. 

3.   Enfermeras que llegarán a dormir. Normalmente llegaban sin saludar y los primero que hacían era en forma feroz, apartar las dos últimas camas para poder dormir lo más temprano posible. Posteriormente tomaban los expedientes de los pacientes en observación y en forma robotizada cumplían con  las indicaciones  y a dormir.  Jamás se pararon en los cubículos de urgencias.

Esa noche realice el ritual con más decisión y convicción, ya que era mi última guardia como RII en el tan temido servicio de urgencias.

Al terminar con mi  importante tarea mi dirigí al no menos temido pero necesario comedor del hospital en donde por última vez tome el desabrido y quemado atole de vainilla y los aguados chilaquiles parecidos a los que prepara Borola Burrón, ayudados a pasar  junto con la ilusión de que solo me faltaba un año más para finalizar la residencia……

No pude evitar recordar los momentos felices que siempre y hasta el día de hoy nos unieron al tan singular grupo de 8 compañeros,  así como los feroces ataques de los compañeros residentes de otras especialidades, y como no recordar al carismático jefe del Departamento de Medicina interna quien constantemente nos defendía de los residentes de mayor jerarquía repitiendo “El poder hay que saberlo usar”.


Justamente cuando más inmerso me encontraba en mis pensamientos se escucharon los apresurados pasos de una interna de pregrado quien alarmada me comento el caso  de una jovencita de 14 años de edad que se encontraba en el servicio de urgencias por presentar  dolor abdominal generalizado, tipo cólico, con evolución de 8 horas y con un gran aumento de volumen. 

Por supuesto que la Doctora Y Yo pensamos en un embarazo, sin embargo la Madre de la paciente defendía la inocencia de su hija a capa y espada, y por supuesto la hija juraba y perjuraba que jamás había estado con un hombre, es más los aborrecía.

Al volver a  insistir sobre el seguro embarazo,  la Madre vociferaba y amagaba con demandarnos pues estábamos manchando la inmaculada imagen de su hijita.

Yo no sabía qué hacer, ya que el realizar un tacto vaginal a la paciente en caso de equivocarnos nos traería consecuencias legales graves, el servicio de rx y usg no trabajaba en las noches y llamar a un Médico de Base (en caso de que estuviera) era pecado capital.

Afortunadamente en ese momento (no se si como consecuencia de el ritual) paso la  “CUASIMODO”, (residente de 2do. año de ginecología, a quien todos los compañeros le llamaban de esa forma por su caminar desgarbado y su actuar prepotente y grosero), quien extrañamente se acerco en forma amable a ofrecer su ayuda y antes de que terminará de exponerle el caso se enfundo un guante en su mano derecha y sin más protocolo la introdujo en la vagina de la paciente, confirmando el embarazo y el trabajo de parto con 8 cmtrs. de dilatación y como consecuencia la pacientita pasó a la “toco”.

Aún recuerdo la cara de frustración, enojo, sorpresa y tristeza de la Madre quien  se retiró sin más problema.

¡Si los Médicos nos apoyáramos más  nuestro trabajo sería más fácil y con menos riesgos!



2 comentarios:

  1. Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otra, todavía busqué un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

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